lunes, 28 de mayo de 2012

La casa de las 7 chimeneas - Casa encantada en Madrid

No hay casa más misteriosa en Madrid que la llamada Casa de las Siete Chimeneas (hoy sede del Ministerio de Cultura), ya que bajo su techo rondan varias leyendas, todas de crímenes, fantasmas y espectros.
Acudí a tan legendario edificio por motivos profesionales, con la esperanza de poder visitarlo por dentro pero resultó una misión imposible, especialmente ahora que guarda en su sótano, además de misterios y fantasmas, un fabuloso tesoro.

Es el único edificio no religioso que queda de esa época en Madrid, levantado en 1577. La leyenda dice que sus 7 chimeneas simbolizan los 7 pecados capitales...

Aunque hay muy distintas versiones, se dice que la casa fue mandada construir en tiempos de Carlos V por el futuro rey Felipe II como escenario de sus amores con una bella joven llamada Elena, hija de un caballero a las órdenes del rey.  Se dice que el propio Felipe II, organizó la boda de Elena con el apuesto capitán Zapata, un héroe de los Tercios. Pero el matrimonio duró poco porque el marido se vio obligado a cumplir con sus deberes militares y viajó a Flandes, donde murió al poco tiempo en la batalla de San Quintín. La desconsolada viuda quedó sola en el caserón, aparentemente desesperada y sumida en los recuerdos del marido, hasta que una mañana apareció muerta en su lecho en extrañas circunstancias. El pueblo no tardó en relacionar el prematuro e inesperado fallecimiento, con las periódicas visitas a la finca del rey Felipe II, quien acudía embozado por las noches.

Curiosamente, el cadáver de Elena desapareció misteriosamente y entonces unos acusaban a su padre, otros decían que está emparedada en algún lugar de la casa, alguno incluso hablaba de una conspiración real... Poco después, el padre de la desdichada apareció ahorcado de las vigas de la casa. El rey Felipe ordena una investigación de los sucesos, más por acallar los rumores que le unían sentimentalmente a la fallecida, que por otra cosa. La investigación no dio resultado y se mantuvo el misterio acerca de la muerte de Elena.


Desde entonces, a través de los siglos, mucha gente asegura haber visto la figura de una mujer vestida con vaporosos vestidos blancos alumbrándose con una antorcha caminando entre las siete chimeneas que coronan el tejado de este palacete. Después de recorrer todo el alero se arrodilla mirando hacia Oriente, hacia la zona del antiguo Alcazar, se da golpes en el pecho y desaparece subitamente...

Pasados los años, esta casa sería el hogar de un viejo acaudalado que volvía rico de las Indias y su joven esposa de conveniencia, pero la relación se truncó cuando la misma noche de bodas la joven se quitó la vida. En el sótano del edificio apareció muerta, con un puñal de rico brocado clavado en el pecho y las arras de la ceremonia, regalo del mismísimo rey, esparcidas por el suelo a su alrededor. A partir de entonces, se dice que todas las noches su fantasma pasea por el sótano de la casa, tintineando las monedas que el propio rey le regaló, y es que esta mujer también fue amante de Felipe II.

No fueron estas los únicos sucesos truculentos ocurridos en esa casa.  En el siglo XVIII era la residencia del Marqués de Esquilache, el ministro más influyente de Carlos III:

En 1766 se produjo una revuelta callejera motivada por el hambre de la población: El famoso Motín de Esquilache.  Los madrileños se lanzan a las calles para protestar violentamente con la excusa del recorte de capas y sombreros.  Las turbas se dirigen a la Casa de las Siete Chimeneas en busca del Marqués, pero este no se encuentra en el edificio. Un mayordomo les hace frente y cae asesinado a cuchilladas.  Desde entonces se dice que se ha visto a un mayordomo paseando por los pasillos que se encuentran cerca de la puerta de entrada.

Estas apariciones y periódicos sucesos extraños en la casa, mantuvieron viva la leyenda de casa encantada. Pero el final de la historia aún estaba por llegar. En el siglo XIX se destinó el inmueble a sede del Banco de Castilla y empezaron las obras de acondicionamiento. En 1881, la cuadrilla de obreros que trabajaba en el sótano se topó con un macabro hallazgo bajo el pavimento: Un esqueleto de mujer y unas monedas de oro del siglo XVI. Las leyendas parecían tener algo de verdad.
Pero no era el único cadáver que esperaba entre las paredes de la casa: En 1960 en otras obras de reforma se encuentra el esqueleto de un hombre emparedado entre los ladrillos de un muro. 
Para colmo, el sótano de la Casa de las Siete Chimeneas ha sido el lugar elegido para guardar el fabuloso tesoro de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804 en combate contra los ingleses:  Más de 500.000 monedas de oro y plata recuperadas por el Estado español de la empresa americana que las rescató del fondo del mar. El oro y la plata están guardados en los sótanos del edificio entre imponentes medidas de seguridad... y supuestos fantasmas.

sábado, 19 de mayo de 2012

El Palacio Encantado de Hércules - Don Rodrigo (III)

Buscando una explicación al derrumbe del reino visigodo con sede en Toledo y a la invasión de la península por los árabes, se engendró un cuento “sobrenatural” en el que el culpable era el último rey godo: Don Rodrigo.

Por no hablar de decadencia y debilidad, se acudió a viejos mitos. Al mito de Hércules.  No al Hércules forzudo y heroico, sino al Hércules Egipcio, sabio y mago todopoderoso, legendario fundador de Toledo.

La tradición dice que Hércules llegó al peñon rocoso que hoy es Toledo y que en su cima halló unas enormes cuevas naturales, que acondicionó y convirtió en la sede de una cátedra secreta en la que el propio Hércules enseñaba ciencias ocultas. Ese mito se ha propagado a través de los siglos, considerando siempre a Toledo un centro de enseñanzas mágicas y esotéricas.

Se dice que sobre estas legendarias cuevas, Hércules construyó un fabuloso Palacio o Torre donde encerró enormes riquezas y tambien peligrosos conocimientos, prohibiendo el acceso a todo mortal, allí puso a diez guardianes eternos para vigilar la entrada. Pasaron los siglos, las civilizaciones y cada rey gobernante añadió un candado al acceso al Palacio Encantado, hasta el número de veinticuatro, cuando comenzó a reinar el visigodo Don Rodrigo que, cegado por la codicia, no solo no añadió su propio candado sino que ordenó romper los candados de sus antecesores y accedió al recinto oculto, contra la opinión de todos.
El interior era cuadrado, formado por cuatro estancias. Una de ellas era blanca como la nieve; otra negra como la pez; otra verde como la esmeralda y la cuarta roja como la sangre. Al llegar a la tercera sala el rey se encontró un arca finamente labrada, con un candado que también violentó, con gran deseo de descubrir el gran secreto que contenía. Asombrados, tanto el monarca como los que le acompañaban, descubrieron que en su interior no había grandes tesoros, sino una tela blanca que tenía pintados hombres con arcos, flechas, espadas curvas, lanzas y pendones, montados sobre pequeños caballos y todos ellos vestidos a la usanza árabe. Tenía también una inscripción o leyenda que rezaba así: "Cuando este paño fuere extendido y aparecieran esas figuras, hombres que andarán así vestidos conquistarán España y se harán de ella señores"
Don Rodrigo no pasó a la cuarta sala, aunque se dice que vio allí el espejo o Mesa de Salomón, porque había dos gigantes de metal armados con mazos que se movían a la más mínima presencia que entrara en la sala.
 
Alguna versión dice que los guardianes de metal comenzaron a dar tremendos golpes y se comenzó a hundir la cueva o palacio, teniendo que huir precipitadamente Don Rodrigo y sus acompañantes.  Otras versiones dicen que al poco un águila gigante bajó con un tizón encendido en el pico y lo depositó en el palacio y que aleteando fuertemente sobre él produjo tal incendio que pronto dicho palacio se hallaba reducido a cenizas y que éstas fueron tomadas por otras aves, que con sus alas las esparcieron por toda la península.

Cuevas de Hércules - San Ginés (Toledo)

De cualquier modo, en el año 711, Rodrigo fue derrotado, traicionado y desapareció y Toledo fue conquistado por los musulmanes tal como predijo la tela blanca.

Del Palacio Encantado solo se conservan las leyendas.  Y las Cuevas de Hércules de Toledo siguen siendo un misterio a través de los siglos, presunto escondite de maldiciones, profecías, tesoros y poderes ocultos. Volveremos a ellas.


lunes, 14 de mayo de 2012

El final de Don Rodrigo (II)

Dejamos a Don Rodrigo derrotado en la batalla de Guadalete...
Innumerables romances e historias narran la batalla y el final del último rey visigodo (y no hay dos iguales). La historia más o menos oficial dice que...
Don Rodrigo, que estaba ocupado en el noreste reduciendo a los vascones, se dirige en agotadoras jornadas hacia las fuerzas invasoras al mando de Muza, encontrándose ambos ejércitos en Guadalete en julio del 711. Tras varios días de combates de tanteo, el séptimo día en la batalla definitiva, algunos nobles partidarios del rey anterior, Vitiza, se pasan al enemigo seguidos de sus tropas, entre ellos el obispo Don Opas y Sisberto, jefes de las alas del ejército hispano, diciendo “Ese hijo de puta ha privado del reino a los hijos de nuestro señor Vitiza y a nosotros del poder. Podemos vengarnos pasando al enemigo.” (Texto literal de las crónicas mozárabes)
La derrota de las escasas huestes de don Rodrigo no tarda en producirse, siendo así justificada por estos versos populares:
Llegaron los sarracenos
y nos molieron a palos,
que Dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos.

Se supone que el rey murió en la batalla, pero nunca se encontró su cadaver.  Así pues su final está rodeado de leyendas, aunque no hay nada histórico...

Hay quien dice que murió en Huelva, en lo que hoy es la aldea de Sotiel Coronada:  Malherido y masacrado, en su huída tras las pérdida de la batalla, el Rey visigodo junto con algunos de los supervivientes de su fuerza real, llegó hasta el lugar donde hoy se emplaza la ermita de la Virgen de España. Allí sin fuerzas esperó escondido y murió el último Rey Godo.
Ermita de la Virgen de España

Otra leyenda afirma que huyó hasta la Sierra de la Peña de Francia, en Salamanca, donde Rodrigo fue finalmente alcanzado por Muza y donde éste le dio muerte. La salmantina Ciudad Rodrigo tendría pues su nombre en honor al Godo.

Tambien hay quien dice que llegó hasta Portugal donde terminó sus días como un simple hortelano.  En la ciudad portuguesa de Viseu se conserva una lápida de su supuesto enterramiento.

Pero la leyenda más difundida en famosos romances afirma que tras ser vencido cabalga solo y abandonado de todos, sin rumbo y sin sustento, hasta encontrar a un ermitaño. El ex–rey le cuenta sus libidinosas culpas y para purgarlas el ermitaño, con la ayuda de Dios, decide que debe ser enterrado vivo con una gran serpiente (en alguna versión con siete cabezas). Es el célebre romance de "por do más pecado había".  La versión más jocosa dice...

Ya me comen, ya me comen, 
por do más pecado había. 
 
a tres cuartas del pescuezo
y a una de la barriga.
Romance de la muerte del rey don Rodrigo

Triste final para el Rey Don Rodrigo, que es el malo de la película de la pérdida de España y el fin del reino visigodo.  Y todo empezó con una profecía en Toledo, en el Palacio Encantado de Hércules.  Así pues volveremos a las leyendas de Toledo, a sus cuevas y a sus misterios.




miércoles, 9 de mayo de 2012

Almas en pena en Toledo - Don Rodrigo y La Cava (I)




 A orillas del Tajo, en un bonito paraje de Toledo se alza el Torreón del Baño de la Cava.  Es modesto, tiene origen árabe y ni siquiera es un torreón sino el estribo de un puente de barcas que se llevó una riada hacia el año 1200.
Muy cerca de allí se encuentra el Palacio de la Cava o Palacio de los Duques de Maqueda, edificado en el lugar donde se supone que se hallaba un antiguo palacio de los reyes godos.
Este es el escenario de una de las leyendas más importantes de España.  Hay infinitas versiones, novelas y, sobre todo, viejos romances que narran la versión romántica del final del Reino Visigodo en el año 711...

Cava significa prostituta en árabe, un triste apodo para Florinda, la bellísima hija del Conde Don Julián que era un noble visigodo, gobernador de Ceuta.
Fue enviada por su padre a la corte de Toledo, para educarse y para relacionarse con la alta nobleza de la época . Por aquel entonces el rey Don Rodrigo padecía sarna y era Florinda la elegida para que le limpiara los aradores de la sarna con un delicado alfiler de oro, lo que hizo que empezase a fijarse en la bella muchacha...
Ella hincada de rodillas,
él estála enamorando;
sacándole está aradores
de las sus jarifas manos.
Un día de verano que Florinda se estaba bañando en el río, en el lugar que hoy se conoce por el Baño de la Cava, el rey Don Rodrigo contempló su desnudez y eso despertó su lascivia. Comenzó a perseguirla y a requerir sus favores, y ante la negativa de la joven, la violó, aunque otros afirman que ella consintió...
Florinda perdió su flor,
el rey padeció el castigo;
ella dice que hubo fuerza,
él que gusto consentido.

Entre otros regalos , la muchacha envió a su padre un huevo podrido, como señal de su honor mancillado.  Don Julian entendió la afrenta y se tomó venganza pactando con los musulmanes la entrega de España.
Tras varias batallas menores, los musulmanes al mando de Tarik y Muza, derrotaron a los visigodos en la batalla de Guadalete y en pocos años dominaron la mayor parte de la península ibérica.  El reino visigodo se derrumbó entre traiciones y disputas y el Rey Don Rodrigo desapareció en la batalla.
Las huestes de Don Rodrigo
  desmayaban y huían 
cuando en la octava batalla 
sus enemigos vencían

Pasaron los años, y los toledanos que vivían por la zona del puente de S. Martín empezaron a ver por las noches a una mujer desmelenada, con ojos de loca, que deambulaba junto al río, mirando sus aguas y pronunciando palabras incoherentes y gritos lastimeros. Cuando algún valiente se atrevía a acercarse a ella, echaba a correr y se perdía en las sombras de la noche. Un día desapareció y nadie volvió a verla.
Poco después empezaron a ocurrir cosas extrañas. Por las noches comenzó a verse una figura fantasmal, descarnada y seca, en lo alto del torreón del baño de la Cava, mirando hacia lo que fuera el palacio de D. Rodrigo. La figura emitía un grito terrorífico, el viento se agitaba como en una tempestad, y, de pronto, una nueva figura, ésta vestida de caballero con armadura, pero con la cabeza descubierta, aparecía en la torre del palacio. Los dos fantasmas se miraban y entonces era cuando el huracán rugía con más fuerza, la tempestad se desataba y el río se desbordaba inundando la vega.
En los montes cercanos vivía un ermitaño, santo varón dedicado al ayuno y a la oración. Cierta noche, mientras dormía, se le apareció una figura semejante a la que los toledanos veían en el torreón, y le dijo: "Yo soy Florinda la maldita, Florinda la Cava, la hija impura del Conde D. Julián. Cuando me enteré de que España era presa de los hijos de Mahoma por mi pecado, me vine a vivir junto al lugar donde perdí mi honor. Allí estuve durante días hasta que caí muerta en el torreón maldito, y, allí está mi cuerpo sin sepultar. Por las noches llamo a voces a D. Rodrigo, cuya alma también pena por estos lugares, y juntos intentamos pedir perdón a Dios y a los hombres. Ve allí y ayúdanos con tus oraciones". 
Al día siguiente, el ermitaño se dirigió al barrio del Arrabal y reunió una procesión de fervientes cristianos. Al anochecer, con una enorme cruz abriendo la comitiva y todos con teas encendidas detrás, se presentaron en el torreón. Nada más penetrar la cruz en el lugar, el cuerpo putrefacto de Florinda se levantó y se sumergió en el agua del río ante la admiración de todos. Cayeron de rodillas y rezaron sus oraciones. El lugar fue bendecido por el ermitaño y todos volvieron a sus casas.
Nunca más volvieron a verse almas en pena por estos lugares. Aunque hay quien dice que desde el puente de S. Martín, las noches de luna, se ve una figura blanca brillar entre las oscuras aguas del Tajo, hacia la zona del torreón ...

Nada se sabe seguro de la suerte del Rey Don Rodrigo, hay romances que dicen que no murió en la batalla, pero que se vió solo, culpable y derrotado...


Y sobre la suerte de Florinda La Cava, tambien hay varias historias.
Pero todo eso queda para otro capítulo














sábado, 5 de mayo de 2012

MONFRAGÜE, Naturaleza y leyendas (III) Castillo y fantasmas



No puede faltar en un recorrido por Monfragüe la subida al Castillo.  Hay que subir 134 toscas escaleras con cierto esfuerzo, pero merece la pena porque es un sitio muy especial, no tanto por la construcción sino por el paisaje que se contempla.  
 El Castillo es de origen árabe, construido sobre restos romanos y restos vettones.  Siempre fue una atalaya privilegiada desde donde se dominan muchos kilometros a la redonda y el paso del Rio Tajo.  Queda poco del original, incluso la torre visitable que queda en pie está reconstruida. 
Merece la pena ascender a lo alto de la torre.  El paisaje es inolvidable y es facil observar el vuelo de águilas y buitres.  Eso si, no apto para personas con vértigo.
Y está lleno de historias y leyendas...

Se cuenta que en el siglo VIII, cuando los caudillos árabes Tarik y Muza culminaban su conquista de España ambos se encontraron aquí para practicar la oración de la victoria y ordenaron levantar esta formidable fortaleza que dominase el paso estratégico del Rio Tajo:  Al Mofrag, el Abismo.
Los años de esplendor de la fortaleza coinciden con el final de la ocupación musulmana.  Fue escenario de luchas entre musulmanes, portugueses y leoneses. De ese tiempo procede esta hermosa leyenda:

El alcaide moro que gobernaba el castillo de Monfragüe tenía una hija bellísima, de nombre Noeima. Estando el castillo sitiado por caballeros cristianos, se enamoró perdidamente de uno de ellos con el que se veía a escondidas utilizando un pasadizo secreto que llevaba al corazón del castillo. El cristiano reveló a sus compañeros la existencia de ese pasadizo y a través de él, una noche tomaron el castillo por sorpresa.  Noeima y su padre consiguieron huir, pero el alcaide condenó a su hija a estar encerrada toda su vida y además formuló una maldición contra ella:  Permanecería durante toda la eternidad en el cerro, en castigo por su traición. 
Dicen que, todavía hoy, en las noches de tormenta se ve al espíritu de Noeima vagando por el monte y llorando. Sus lágrimas, al tocar el suelo, se convierten en perlas. Y en su frente brilla una estrella negra, símbolo de su traición.

El castillo fue posesión de la Orden Militar de Montegaudio y pasó luego a otras Ordenes Militares.  Adosado al castillo está la ermita de la Virgen de Monfragüe o Montegaudio.  Allí se celebran populosas romerías para venerar una talla de la virgen que se dice que fue traida de Tierra Santa por los caballeros de Montegaudio en el siglo XII.  Es una virgen negra, con su carga simbólica. Y había quien decía que fue tallada por el propio apostol San Lucas.

Sin salir del Parque Natural de Monfragüe nos encontramos con otra tenebrosa leyenda de castillos y fantasmas...

Se dice que en Torrejón el Rubio, en el paraje llamado Huerto de la Cava se levantaba un torreón que fue propiedad del conde don Julián.  Según viejas leyendas allí se refugió Florinda la Cava, después de ser deshonrada por el rey godo Don Rodrigo. Y allí permanece encantado su hijo, fruto de aquel legendario ultraje.  
El infante encantado acecha entre las ruinas del castillo y secuestra a los muchachos que por allí pasan, que desaparecen encerrados en las ruinas de la fortaleza.  Su esperanza es formar un ejército con los niños secuestrados para con él recuperar el reino de sus mayores.

Una curiosa leyenda, muy relacionada con la tradición toledana del fin del reino visigodo, que narraremos en un próximo capítulo