miércoles, 13 de noviembre de 2013

LA AVENTURA DE LA RADIO

Durante unos meses viví una aventura apasionante: La aventura de la radio...

En GetafeVoz, tuve la oportunidad de realizar una serie de 22 de programas radiofónicos, con tanta humildad como ilusión...
GetafeVoz - Enlace a las emusionrs de Leyendas, Historias, Caminos

Gracias a todos los que colaboraron en aquel sueño. Quedan los sonidos, para el que los quiera escuchar, quedan los lugares, quedan las historias...

A continuación, unos enlaces para unos cuantos programas.  Muchos otros desaparecieron en el óceano de Internet: 



- El Sexo y los Reyes de España:

- Brujería en Extremadura:

- Minorías malditas en España - Parte 1ª:

- La Brujería, leyenda y realidad:

- ...

- Leyendas y curiosidades del Parque del Retiro en Madrid:
- ...

domingo, 10 de noviembre de 2013

Santa Cruz la Real (Segovia). Inquisición y prodigios

El convento de Santa Cruz la Real en Segovia, es una vieja joya escondida, que permanece agazapada entre las murallas de la ciudad y el río Eresma.
Fue el primer convento dominico de España y tuvo gran importancia, contando con el favor de los Reyes Católicos, que lo ampliaron y embellecieron, de ahí que los símbolos del yugo y las flechas y el "Tanto monta..."  abunden en su construcción.
Como tantos otros monasterios y conventos fue abandonado con la Desamortización de 1836 y tuvo desde entonces diversos usos como asilo y orfanato. Hoy en día es sede de la Universidad SEK y solo se puede visitar parcialmente y con cierta dificultad.
El origen del convento es la Cueva de Santo Domingo de Guzmán, un recinto que concentra multitud de leyendas y prodigios.  ¿Milagros? ¿Energías misteriosas? ¿Superstición?...  El caso es que en un pequeño recinto se concentran supuestos fenómenos a lo largo de los siglos.
 
Santo Domingo de Guzmán fundó la Orden de Predicadores o dominicos en el contexto de la cruzada albigense, para luchar contra la herejía de los cátaros. En 1218 llegó a Segovia para predicar y se instaló en una modesta cueva a orillas del río Eresma.  Dedicaba el día a predicar y por la noche se dedicaba con fervor a la oración.
Cuenta su leyenda que en esa cueva el demonio reprodujo sangrientamente en el santo todos los tormentos de la Pasión de Cristo, hasta la crucifixión.
Pasados los siglos la modesta cueva se convirtió en un gran convento dominico, edificado sobre ella, que permaneció tapiada. Una noche de 1566 los monjes bajaron en busca de la sangre del santo y rompiendo la entrada con picos, encontraron las paredes de la gruta salpicadas de sangre "cuajada y tan fresca como si se acabase de derramar".  Por respeto, la cueva fue vuelta a tapiar y así permanece hasta hoy en día, escondida en una maravillosa capilla barroca subterránea.
En 1574 Santa Teresa de Jesús visitó la Cueva y tuvo allí uno de sus más profundos arrebatos místicos. Contó a su confesor que en su éxtasis se le había aparecido Santo Domingo y le había narrado todos los tormentos sufridos allí.  Por cierto, la santa castellana afirmó que la imagen del Santo que hoy se venera en la capilla tenía gran semejanza con el santo que se le había aparecido.

En 1602 visitó el convento Fray Melchor Cano, importante y famoso teólogo.  Se cuenta que una noche bajó a la Cueva a orar y un extraño resplandor se vio en toda Segovia.  Los monjes alarmados bajaron a ver qué sucedía y se encontraron al fraile levitando "a una vara del suelo".
Y siguieron ocurriendo abundantes prodigios como el del novicio de Santa Cruz que había roto el calzado antes de tiempo o el profanador de la cueva que murió a los tres días, entre otros.
Pero, aparte de estas leyendas de santidad, el convento también tiene su lado oscuro:  El célebre Tomás de Torquemada, impulsor de la Inquisición, fue su prior. El convento se amplió y embelleció gracias a la fortuna embargada a un mercader judío que fue condenado a la hoguera.
De esa época (finales del S. XV), procede la hermosa portada de Juan Guas, que tiene también su leyenda, la leyenda de "La Catorcena", "del Corpus Christi"... o de la Hostia Voladora.

Cuenta la leyenda que en el año 1410 el sacristán de la iglesia de San Facundo contaba con muchas deudas, y fue a pedir un préstamo a un judío médico adinerado de la ciudad.  Éste accedió a prestarle el dinero si a cambio le entregaba una hostia consagrada. El sacristán aceptó y una noche se realizó el cambio (en una calle que hoy se llama del Malconsejo por lo que allí aconteció aquella noche).
El médico se reunió con otros judíos en la sinagoga Mayor de Segovia y decidieron arrojar la hostia consagrada en un caldero de agua hirviendo que tenían puesto al fuego. Pero antes de llegar a rozar el agua, la Sagrada Forma se detuvo en el aire, la sinagoga empezó a temblar y un muro se abrió de arriba a abajo: por allí salió mágicamente la Hostia y sobrevoló toda la ciudad para ir a refugiarse al monasterio de la Santa Cruz
Se cuenta que la Forma entró al convento por un hueco de la portada, junto a imagen de Cristo, y que dicho hueco nunca se ha podido volver a cerrar. 
Enterado el Obispo de Segovia de aquel suceso, quiso averiguar la causa del mismo y se iniciaron las investigaciones. El Sacristán confesó inmediatamente su culpa y el médico fue apresado y condenado a muerte. El Rey Juan II, confiscó la Sinagoga, entregándola al Obispo, quien la consagró inmediatamente al culto cristiano, y llamándola, en memoria de lo que allí sucedió, Iglesia del Corpus Christi, cediéndola a la comunidad religiosa de las Hermanas Clarisas que hoy día continúan allí.
La leyenda es una de las numerosas que se utilizaron para acusar a los judíos de toda clase de maldades, justificar su expulsión y la confiscación de sus bienes.
De cualquier modo, el convento está en un hermoso paraje.  Se puede llegar en un delicioso paseo por la Alameda del Parral ("De lo Huertos al Parral, paraíso terrenal") a otros históricos y bellos enclaves como el Monasterio Jerónimo del Parral, la Casa de la Moneda, el Santuario de la Fuencisla y...  la Iglesia de la Veracruz, que es
uno de los más célebres sitios esotéricos y misteriosos de toda España.  Y del que hablaremos pronto, muy pronto.











martes, 12 de marzo de 2013

Granadilla. Historia y leyenda de una villa abandonada


Pocos lugares tan singulares como la abandonada Villa de Granada, actual Granadilla:
Antigua fortaleza medieval estratégicamente situada, fue cobrando importancia y llegó a ser cabeza de una extensa y próspera comunidad de pueblos: La Comunidad de Villa y Tierra.  
La villa cambió su nombre a Granadilla cuando los Reyes Católicos conquistaron el Reino de Granada en 1492.

Es una de las escasísimas poblaciones totalmente amuralladas que quedan en España y la única que, como hace siglos, cierra sus puertas a una hora determinada.  Sus murallas, de pizarra y pedernal, están muy bien conservadas y permiten dar la vuelta completa a la Villa caminando por encima de ellas. Desde allí el paisaje es espectacular, tanto del pueblo abandonado como del embalse que lo rodea.
En los años 50 con la construcción del pantano de Gabriel y Galán, el pueblo y las tierras de su fértil vega fueron expropiados y sus habitantes obligados a marchar. Sin embargo solo se inundaron las tierras del valle del Alagón y el pueblo quedó en su breve cerro, como a flote sobre las aguas.  Como en tantos otros sitios, la construcción de un embalse provoca la destrucción del patrimonio y el pesar de los habitantes, pero crea un espacio de gran belleza.

De la Plaza Mayor, casi intacta, radian sus once calles, en las cuales existen algunas casas reconstruidas desde los años 80 por los voluntarios de campamentos juveniles, pero predominan las casas desplomadas, aunque sin escombros y limpias de maleza por el sencillo sistema de un pequeño rebaño de ovejas que pace entre las ruinas.

Recorrer sus calles silenciosas y melancólicas, hace pensar en tantas historias que debieron ver esas paredes, esos rincones, esa iglesia grande y cerrada, esos viejos granados que sobreviven en pequeños huertos al borde de las murallas.  Otra paradoja es que el pueblo amurallado tiene la forma perfecta de una granada, como se puede ver en las fotos aéreas.

Su Castillo y las viejas murallas que cierran la Villa le dan un ambiente mágico, acentuado por el silencio del abandono.  Y en ese ambiente de magia y melancolía no podía faltar una bella leyenda, con cierta base histórica y final triste…

A finales del siglo XIII la Villa y el señorío de Granada pertenecían a Don Pedro de Castilla,  hijo de Alfonso X el Sabio, que al morir en 1283 dejó estas posesiones a su hijo Sancho que tenía solo un año, quedando bajo la tutela de su viuda Doña Margarita de Narbona, una mujer decidida y valiente, de excepcional belleza.

En las guerras por la sucesión al trono del Rey Sabio, que enfrentaban a Sancho IV con los Infantes de la Cerda, Doña Margarita tomó partido por éstos contra el que ya era el rey de Castilla y León. 
El rey, indignado por la conducta de su cuñada, preparó un ejército al mando del Maestre de Alcántara que se dispuso a conquistar sus tierras, plazas y castillos.

Quedó la valerosa y bella dama sitiada en la Villa de Granada. Al mando de la defensa estaba Don Men Rodríguez, el viejo y fiel alcaide de la fortaleza.
A socorrer a Doña Margarita acudió don Alvar Núñez de Castro, un joven caballero extremeño apuesto, galante y gran guerrero, que había servido al difunto marido de la dama, y que consiguió penetrar en el castillo para colaborar en su defensa.

Pero Don Alvar estaba desde su juventud tremendamente enamorado de su señora, así que ante lo difícil de la situación, trazó un plan secreto para huir con Doña Margarita y su hijo, llevándolos a través de un pasadizo secreto hasta el río, desde donde huirían hacia Portugal a lomos de un caballo preparado al efecto.

Así, una noche durante un asedio, Don Alvar abandonó su puesto y fue en busca de su amada para declararle su amor y llevar a cabo su plan.  Pero Doña Margarita, ofendida, no aceptó ni su declaración de amor ni su propuesta de huida y le recriminó duramente su osadía, cayendo desmayada después.

Don Alvar no podía dejar a su amada e intentó llevarla contra su voluntad, pero entonces apareció el viejo Men Rodríguez que acudió en defensa de su señora y se enfrentó espada en mano al joven caballero. Don Alvar, más joven y ágil, no tardó en vencer al veterano alcaide, al que traspasó sin piedad con su espada. 

A continuación cogió en brazos a Doña Margarita para intentar llevarla a la fuerza, que en ese momento despertó de su desmayo y tomando la daga que llevaba el caballero al cinto, la hundió rápidamente en su cuello.

Núñez de Castro vaciló al sentirse herido y Doña Margarita pudo salir huyendo.  El caballero malherido consiguió a duras penas llegar al subterráneo y huir penosamente en su caballo.

Medio desfallecido, se dirigió al antiguo santuario que los templarios habían fundado en Abadía.  Allí fue atendido por un viejo ermitaño que intentó curar su herida y al que confesó su culpa y su intención de hacer penitencia.  Al cabo de unos días, Don Alvar murió y dicen que fue enterrado junto al altar mayor de la ermita, como pidió antes de fallecer.

Pero como no tuvo tiempo en vida de purgar sus pecados, su alma no descansa en paz y cada noche su cuerpo abandona la tumba y cabalga a lomos de un negro corcel por los alrededores de Granadilla, pidiendo perdón.  Se dice que sólo las mujeres son capaces de verlo y que ahora, con la soledad y el silencio del pueblo abandonado, es más fácil encontrarse al fantasma de Don Alvar.

Las ruinas del antiguo convento de la Bien Parada están en el pueblo de Abadía, a pocos kilómetros de Granadilla.  Fue un importante convento de franciscanos, hoy lamentablemente arruinado, construido sobre las ruinas de un santuario y fortaleza templarios.

lunes, 18 de febrero de 2013

Las Barrancas de Burujón. El Gran Cañón del Colorado... cerca de Toledo



Avanza el caminante por una pista de tierra rodeada de olivos y tierras de labor.  Un camino como otro cualquiera de la monótona Castilla.   Aunque ha oido hablar de un sitio especial, piensa que la cosa no va a ser para tanto, que en estas áridas tierras es dificil encontrar algo que merezca la pena.

Casi de repente se encuentra con un paraje sobrecogedor, increible.  Sin ascender ningún puerto,  ni trepar penosamente por la falda de un cerro... enfrente del caminante se abre un extenso horizonte con un enorme lago en una depresión del terreno y a su derecha unos espectaculares barrancos arcillosos de cojor rojizo.

El conjunto forma un paisaje de una belleza extraña, curiosa, inesperada y como fuera de lugar.  Hay un mirador con una leve barandilla y asomarse al precipicio da una gran sensación de vértigo, quizá por lo grandioso y lo solitario del entorno.

Se trata del embalse de Castrejón, construido en los años 60.  Pero lo verdaderamente espectacular son los cortados arcillosos formados por la erosión del viento y las aguas del Tajo sobre sedimentos de hace 25 millones de años.

Hay quien compara el paisaje con el Gran Cañón del Colorado, con los desiertos de Siria o con las montañas que rodean al Mar Muerto.  Poco tiene que desmerecer este poco conocido Monumento Natural, que ha crecido en belleza con el embalse.

Gran cantidad de aves sobrevuelan la zona: Cigüeñas, ánades, patos, garzas, martinetes, cormoranes, 
halcones peregrinos, águilas imperiales, águilas perdiceras, aguiluchos laguneros o incluso el gran buitre negro.

Un sitio fantástico para los aficionados a la fotografía, especialmente al atardecer, cuando los barrancos adquieren un tono rojizo aún más acentuado.
El lugar está muy cerca de varios enclaves históricos y misteriosos:  El Castillo Templario de Montalbán, Santa María de Melque, el yacimiento visigodo de Guarrazar, etc.  Es un sitio maravilloso, cercano a Toledo y que cualquiera puede visitar sin mucho esfuerzo.

 Una curiosidad... un gran anuncio de Coca-Cola Light grabado en el lugar.  Las Barrancas aparecen al final, con todo su esplendor.




miércoles, 6 de febrero de 2013

Los Barruecos: Naturaleza, historia, magia


Es una zona declarada Monumento Natural que se encuentra a pocos kilómetros de Cáceres capital, junto al pueblo de Malpartida de Cáceres y no es demasiado conocida fuera del ámbito regional. Pero es un lugar verdaderamente único con muchos atractivos...

Por un lado es un precioso y bien conservado paraje natural con varias lagunas permanentes que sirven de refugio a multitud de aves. Se encuentra allí una de las más numerosas colonias de cigüeñas de toda España y la más importante que anida sobre rocas.

El tiburón
Por otro lado es un extenso berrocal que llama la atención por la grandiosidad y belleza en cuanto a las formas de los bolos graníticos esculpidos al antojo de la naturaleza. La erosión ha moldeado el granito durante millones de años dando lugar a singulares bloques redondeados, con multitud de formas caprichosas (Las Peñas del Tesoro, El Tiburón, La Seta, La Horca, La Mujer, El Dromedario, etc.)  Todo un museo de esculturas naturales al aire libre.
La horca

La leyenda dice que los agujeros de la Peña de la Horca servían de soporte para las sogas destinadas a ahorcar en tiempo de los romanos.
Las Peñas del Tesoro no escondían ningun tesoro fabuloso, pero sí unas pequeños exvotos en forma de cabras, relacionados con el culto a la antigua Diosa Ataecina, deidad del renacer, la fertilidad, la naturaleza, la luna, la curación y el mundo subterráneo.

Las lagunas son artificiales, aprovechan los antiquísimos manantiales del lugar y allí funcionaron unos molinos harineros y posteriormente un importante centro pre-industrial de esquileo y lavado de lana, por su situación en la Cañada Real Soriana.
Aprovechando las edificaciones del antiguo lavadero de lana y la belleza del lugar, el artista alemán Wolf Vostell fundó en los años 70 un importante museo de arte contemporáneo intentando integrar Arte y Naturaleza, que no deja a nadie indiferente y que cuenta con algunas obras verdaderamente espectaculares, como varios coches ensartados en el fuselaje de un caza soviético Mig 21... que sirve de cómodo soporte a varios nidos de cigüeñas. Ojo, que lo más curioso de la "escultura" es su nombre:  "¿Por qué el proceso entre Jesús y Pilatos duró sólo dos minutos?"

Las curiosas formas de las piedras siempre han ejercido una poderosa atracción sobre las personas y quizá por ello, como muchos otros enclaves rocosos, ha sido utilizado durante miles de años como necrópolis, santuario y centro espiritual.
Allí están los primeros testimonios de agricultura en Extremadura; Pinturas y grabados desde la Edad del Cobre hasta la Edad del Hierro; un santuario a la diosa lusitana Ataegina; los restos de una población romana y abundantes tumbas antropomorfas supuestamente medievales.
El lugar, mágico sin duda, invita a explorar cada roca en busca de hallazgos de culturas anteriores que allí dejaron su huella.
Entre los numerosos atractivos de Los Barruecos destaca el reciente descubrimiento de un observatorio solar datado hace 4500 años, en el que los rayos del sol que entran por un agujero de una roca iluminan unas figuras antropomorfas en los equinoccios.

Otro lugar muy muy curioso es una gran piedra caballera hueca, en cuyo interior se halla un diminuto santuario con pinturas rupestres.  El acceso es una pequeña grieta entre las piedras y solo las personas poco corpulentas pueden entrar reptando, pero merece la pena experimentar lo que sentían en ese pequeño santuario  los habitantes del lugar de la Edad del Cobre, hace 5000 años.

Todo ello conforma un lugar muy especial, indudablemente con un carácter mágico que se ha mantenido a través de los siglos: Las gentes de la zona hablaban de luces extrañas en el lugar (lo llamaban "los colores"), se dice que hubo avistamientos de supuestos OVNIS y en 1990 fue escenario de una multitudinaria reunión de "ufólogos" que pretendían invocar a vistantes del espacio... procedentes de la estrella Tau Ceti,  ni más ni menos.

Merece la pena sentarse un buen rato en un cancho (como llaman los extremeños a las peñas de granito).  Con la tranquilidad, la calma y el misterio que allí se respira, la mente se evade y viaja a lugares y situaciones que llenan de bienestar cuerpo y alma.

En definitiva un sitio que hay que visitar detenidamente para disfrutar con calma de naturaleza, historia y misterios.



jueves, 31 de enero de 2013

La misteriosa ermita sumergida. San Jorge - Cáceres


 
 Caminando por las llanuras que rodean a la ciudad de Cáceres se vislumbra desde lejos la solitaria e imponente Torre de los Mogollones. Es la torre más espectacular de todo el alfoz cacereño, inmensa en altura, compacta, con restos de un pasado bélico atestiguado por restos de matacanes y aspilleras y rematado el conjunto con canecillos y gárgolas góticas.  Construida como casa fortificada por una de las más nobles familias de Cáceres, es testigo del pasado belicoso de estas familias a finales de la Edad Media, siempre enfrentadas entre sí.

Junto a la Torre de los Mogollones, una ermita en ruinas y semioculta por el terreno sorprende al caminante en medio de la nada.  Está construida sobre un estanque o charca, bastante profundo en época de lluvias y parece como si se hubiese hundido y hubiese quedado sumergida.
Es la ermita de San Jorge, de la que prácticamente no existe ningún dato escrito:  Ni fecha de construcción, ni fecha de abandono, ni cúal era su advocación, ni cómo era su funcionamiento.  

La ermita de San Jorge sólo nos puede hablar a través de sus piedras, que conforman un edificio misterioso en sí, único en España por su diseño, y fundamentalmente por albergar en su interior una charca artificial unida al diseño del templo y necesaria para las funciones del extraño edificio.

Se supone que fue construida en el siglo XIV sobre un estanque artificial.  Se conservan los muros laterales, parte de la cubierta, construida con enormes losas de granito y la cabecera, donde se ubicaba el coro, contra lo habitual que es ubicar el altar.  El extraño coro está elevado sobre el resto de la nave, pero a su nivel existen tambien dos pequeñas dependencias que pudieron ser capillas, sacristía u oratorios.  Una de ella conserva una pequeña cúpula semiesférica con una espectaculares pinturas.

Tan asombroso como el extraño diseño y que permanezca inundada la mayor parte del año (en época de lluvias la altura del agua llega a los cuatro metros) es que está cubierta de pinturas religiosas, fechadas en 1565 y obra del pintor extremeño Juan de Ribera.  Las pinturas al fresco narran escenas de la Biblia y están extraordinariamente bien conservadas para el estado de total abandono e intemperie del edificio.

No hay acuerdo sobre la finalidad de la ermita y sobre su construcción:  Hay quien opina que se trata de un colector de las aguas de los arroyos cercanos, sobre el que se levantó un edificio para proteger el estanque y con algún sencillo artilugio para la extracción del agua.  Pero el estanque tuvo que tener una gran importancia, dada la riqueza de las pinturas que adornan el edificio.

Sin duda, debió servir tanto para el abastecimiento de agua, como para lugar de oración de la cercana y señorial Torre de los Mogollones y del pequeño poblado que la rodeó hace tiempo.

Tambien hay quien ve un uso ritual de las aguas:  Pudo tener origen en alguna construcción anterior que recogiese los ritos de purificación y bautismo por inmersión.

Una teoría que barajan los estudiosos nos indica que a la ermita, llena de agua, entraría el caballero montado sobre su corcel, y a la misma altura que el sacerdote, éste en el coro, sería bendecido por el hecho de haberse adentrado en las sagradas aguas. Un poco habitual ritual y manera de bendecir que haría aún más especial el edificio.

En todo caso es un paraje que merece la pena visitar, poco conocido y completamente abandonado.  Es deprimente el estado ruinoso en el que se encuentra la ermita, aunque ese abandono en medio de la naturaleza otorga cierta magia y encanto al lugar.


Y a pocos kilómetros de allí, otro paraje impresionante, un Monumento Natural con historia milenaria, con una importante fauna, con arte moderno... Los Barruecos.  El próximo capítulo.

Como el lugar es algo remoto y no está indicado en absoluto, adjunto mapa para su localización...

 
Ver Los Mogollones en un mapa más grande