Parque Nacional de Monfragüe, en
Cáceres: Fauna salvaje y un montón de
interesantes historias donde se mezclan la realidad y la fantasía. Un lugar ideal para senderistas y amantes de la naturaleza, que he recorrido recientemente.
Un punto clave del parque de
Monfragüe es el llamado Salto del Gitano: Unas enormes rocas pertenecientes a
una formación rocosa de cuarcita, separadas por el Río Tajo, ubicadas en la
carretera que lleva desde Villarreal de San Carlos a Torrejón el Rubio.
Este lugar era camino de paso
entre Plasencia, Trujillo y Navalmoral, gracias al Puente del Cardenal, y lo
frecuentaban pastores, comerciantes y caminantes de todo tipo, y también
merodeaban abundantes bandoleros, canallas y rufianes al acecho de poder
desvalijar a todo infeliz que no opusiera resistencia. El origen del pequeño
poblado de Villarreal de San Carlos fue el establecimiento de una guarnición
para proteger a los viajeros, en tiempos de Carlos III.
Cuenta la leyenda que un día un par de comerciantes, viendo que se les hacía de noche, decidieron acampar en los chozos de Villarreal de San Carlos para continuar su camino al salir el sol y conducir a su cuadrilla de mulas a Trujillo para venderlas y sacar unos buenos cuartos. Un bandolero gitano que rondaba el lugar se percató de la intención de los comerciantes y una vez que los hombres con sus acémilas se pusieron en marcha, les salió al paso, acabó con su vida y se hizo con su mercancía. Pero poco le duró su satisfacción ya que se topó con una pareja de la guardia civil. Al verlos frente a él, dio media vuelta, comenzó a correr desesperadamente y al darse cuenta que su única salida eran las enormes rocas que se precipitaban sobre el río Tajo, no lo anduvo dudando y antes de ser apresado, decidió tomar carrerilla y saltar el precipicio hasta Peña Falcón… cosa que consiguió milagrosamente.
De ese modo se libró del apresamiento de los civiles, quedando éstos petrificados ante tan asombroso hecho. Caprichos de la orografía del terreno: Existe una roca que se asemeja a la figura de un guardia civil con su tricornio, mirando hacia la gigantesca roca en la cual desapareció el gitano bandolero.
En la Peña Falcón anida la mayor
colonia de buitres y otras aves rapaces del parque y una de las más importantes
de Europa. Desde el mirador al otro lado del río es fácil y cómodo observar
estas impresionantes aves.
Este mismo paraje, antes conocido
por Portilla del Tajo, es escenario de otra hermosa y antigua leyenda, de la
que existen múltiples versiones…
La princesa mora Zaida fue
amante, concubina o esposa (no hay acuerdo de los historiadores) del rey
Alfonso VI, el conquistador de Toledo y protagonista de innumerables historias.
Se dice que Zaida huyó de Toledo por el Rio Tajo en una endeble barca,
que naufragó al llegar a este paraje.
Sobrevivió, pero estaba perdida y desaparecida. Su amado, el rey Alfonso VI la seguía y la
buscaba desesperadamente por las orillas del Tajo. Gracias a las indicaciones de un lugareño la
encontró viva en la orilla de un arroyo, que para siempre ha conservado el recuerdo
de la pérdida de Zaida: El arroyo “do la
vi” (donde la ví), que ahora es el
Arroyo de la Vid.
Es solo una leyenda, pero la mora
Zaida fue un importante personaje histórico.
Y aunque su vida esté rodeada de contradicciones, lo cierto es que llegó a ser Reina de Castilla, con el nombre de
Isabel y llegó a dar al rey Alfonso VI un heredero al trono, Sancho Alfónsez, que murió
con solo 15 años en la batalla de Uclés.
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