lunes, 11 de junio de 2012

Bandidos en el Valle del Lozoya - Rascafría

 
 
Todo madrileño amante de la naturaleza conoce la zona del Valle del Lozoya, Peñalara, Cotos, El Paular...
Hoy en día el Valle Alto del Lozoya, es decir Rascafría y sus alrededores, está tomado por legiones de excursionistas y domingueros de toda clase y condición.   Pero hace siglos este apartado valle, encajonado entre cumbres de más de 2000 metros estaba infestado de bandidos, fieras y animales salvajes.  Un lugar duro y peligroso.

En el siglo XIV, era refugio de bandas de ladrones y proscritos moriscos que hacían dificil la vida en los pueblos del valle, ese es el origen de la leyenda histórica del Puente del Perdón, en Rascafría (Madrid)...

En aquellos tiempos, para mejor administración se dividió el Valle en 4 partes o quiñones, y se creó una milicia de caballeros quiñoneros, obligados a tener un caballo propio medianamente decente y organizados en 4 cuadrillas, una por cada quiñón (Rascafría, Oteruelo, Alameda y Pinilla).  Se encargaban de vigilar los caminos y luchar contra salteadores y maleantes. Para mayor eficacia se les concedió el importante privilegio de "horca y cuchillo", es decir, la capacidad de juzgar y ejecutar la justicia de forma rápida y expeditiva  (Hay quien afirma que ese es el origen del dicho "Aquí te pillo y aquí te mato").

Una vez atrapado un malhechor era conducido sin muchas contemplaciones hacia "la Casa de la Horca", donde le esperaba el verdugo, pero al pasar por el Puente del Perdon tenía la última posibilidad de exponer su caso y pedir clemencia ante un tribunal formado por un miembro de cada quiñón o cuadrilla.  Si conseguía convencerles quedaba libre inmediatamente, pero de lo contrario terminaba en "La Casa de la Horca" a unos 5 km río arriba.

Pasados los siglos, un bandido célebre, posiblemente el último bandolero legendario de la sierra madrileña, era conocido en todos los pueblos de la Sierra madrileña y buena parte de la provincia de Segovia:  El Tuerto Pirón.

Olmo centenario de Rascafría
Se cuentan muchas historias sobre él:  Que robaba a los ricos y repartía entre los pobres (dudoso), que era especialmente amable con los niños y sobre todo, su leyenda más conocida es que robaba por las noches y por el día se escondía en el tronco hueco de un gran olmo centenario situado en la plaza de Rascafría.  Dicen que se escondía para huir de la Guardia Civil, pero no es del todo verdad.....  

En torno a aquel viejo olmo (que llegó a tener 300 años y que murió en el año 2000)  se reunía todo el pueblo de Rascafría, desde su escondite el Tuerto Pirón escuchaba impunemente todas las conversaciones y se interesaba lógicamente por las que tenían que ver con el dinero de los vecinos, o sea compras y ventas de tierras, ganados, etc. 

Fue apresado y huyó de la cárcel de Segovia limando los grilletes, hasta que en 1882 fue detenido definitivamente. Condenado a cadena perpetua, murió en prisión en 1924 con 78 años.
 
Curiosamente, en los años 80 otro bandido volvió a asolar la comarca:  Un atracador solitario robaba eficazmente todos los bancos de la zona, una y otra vez.   Le llegaron a conocer por "el atracador del estadillo" porque conocía tan bien la operativa bancaria que exigía el estadillo de transporte de fondos para comprobar el importe en metálico disponible en cada sucursal, no conformándose con el dinero que había en caja.
Dicho atracador nunca fue detenido... ¿tambien se ocultaría en el viejo olmo de Rascafría el heredero del mítico Tuerto Pirón?
 
Y quedan para otra ocasión las leyendas del Monasterio del Paular y las de los bosques y las cumbres serranas.
 
 
Dedicado a mi amigo Fernando.  El más grande.
 

1 comentario:

  1. Anónimo6/18/2012

    Lope y Gongora a tu lado se quedan pequeños,

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