domingo, 12 de agosto de 2012

El Castillo templario de Dos Hermanas (Navahermosa). Moras encantadas, templarios y un pueblo de brujos

Siguiendo la ruta de los enclaves templarios de Toledo llego a Navahermosa para visitar el Castillo de Dos Hermanas:
Situado a dos kilómetros al este de la población, se levantó hacia el siglo XI sobre uno de los dos peñascos de cuarcita o dos rocas hermanas de donde le viene el nombre, entre los que discurre el arroyo Merlín (curioso nombre para un lugar mágico)
El castillo está en ruina avanzada tras muchos siglos de expolio. Desde su abandono por los templarios, nunca fue reutilizado ni restaurado.

Dice la leyenda que entre las viejas murallas se encuentran encantadas dos hermosas moras, que la madrugada del día de San Juan pierden el encantamiento y bajan a lavarse al arroyo, y después regresan a su interior.

Junto a sus muros existió la aldea de Dos Hermanas que fue abandonada hace muchos siglos.  Del abandono de la aldea hay varias versiones:  

La histórica dice que una vez superado el peligro de los musulmanes, los habitantes de la aldea buscaron tierras más fértiles. Y tambien los templarios abandonaron el castillo.


La versión legendaria es mucho más apasionante:  Los aldeanos veneraban una Virgen situada en la capilla de la fortaleza. Un día que vecinos y caballeros templarios estaban oyendo misa, acertó a entrar en la iglesia una cierva extraviada que entró por una puerta y salió por otra tan campante. Asombrados, todos los asistententes salieron corriendo detrás de ella, incluso el propio sacerdote que oficiaba la Misa.  
Este gesto tan poco cristiano sentó tan mal a la Virgen que condenó a los lugareños a vivir errantes durante tres generaciones.  Y para obligarles a abandonar el lugar, volvió las aguas insalubres y los aldeanos empezaron a morir, empezando por el sacerdote que dejó la misa a medio concluir.  Los supervivientes abandonaron el lugar avergonzados por su conducta y perseguidos por la maldición del Cielo, puesto que la cierva era una bruja transfigurada.  La leyenda afirma que el alma del mal sacerdote templario continua vagando por aquellos riscos esperando que algún otro termine la misa que dejó inacabada.

La segunda parte de la leyenda dice que los habitantes de Dos Hermanas se establecieron primero en Castillejos (siglo XIII), luego en Cedenilla (siglo XIV) y por fin en Navahermosa (siglo XV).  Desde entonces Navahermosa siempre tuvo fama de ser un pueblo "de brujas"  donde abundaban saludadores, curanderos, gentes que curaban el mal de ojo, predecían el tiempo, etc.  En definitiva personas practicantes de "magia blanca" o "brujería benéfica", posibles depositarios de saberes ancestrales...  ¿Quizá adquiridos por sus antepasados en su contacto con los templarios?

Habitado o no por los espíritus de las bellas moras y del sacerdote templario, la vista desde el peñasco es fantástica: Por un lado los Montes de Toledo y por otro lado la llanura con un mar de olivos. Merece la pena subir allí, para disfrutar del silencio, del paisaje y del encanto del lugar. No es dificil y se puede llegar en coche hasta muy cerca del castillo por un camino en buen estado.


Por cierto, en un costado del castillo bajo un gran peñasco, existe una pequeña caverna o galería que traspasa la peña de lado a lado.  Claramente se nota que está tallada en la durísima roca. Dificil imaginar la utilidad de una obra tan dificultosa... a no ser para ocultar algo muy valioso.


PD. A los pies del Castillo de Dos Hermanas los templarios masacraron a un grupo de Caballeros de la Orden de Alcántara... pero esa es otra bonita historia.

1 comentario:

  1. gracias por acercarme a las historias del pueblo donde vivo!!
    Un saludo
    Ana

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