sábado, 5 de mayo de 2012

MONFRAGÜE, Naturaleza y leyendas (III) Castillo y fantasmas



No puede faltar en un recorrido por Monfragüe la subida al Castillo.  Hay que subir 134 toscas escaleras con cierto esfuerzo, pero merece la pena porque es un sitio muy especial, no tanto por la construcción sino por el paisaje que se contempla.  
 El Castillo es de origen árabe, construido sobre restos romanos y restos vettones.  Siempre fue una atalaya privilegiada desde donde se dominan muchos kilometros a la redonda y el paso del Rio Tajo.  Queda poco del original, incluso la torre visitable que queda en pie está reconstruida. 
Merece la pena ascender a lo alto de la torre.  El paisaje es inolvidable y es facil observar el vuelo de águilas y buitres.  Eso si, no apto para personas con vértigo.
Y está lleno de historias y leyendas...

Se cuenta que en el siglo VIII, cuando los caudillos árabes Tarik y Muza culminaban su conquista de España ambos se encontraron aquí para practicar la oración de la victoria y ordenaron levantar esta formidable fortaleza que dominase el paso estratégico del Rio Tajo:  Al Mofrag, el Abismo.
Los años de esplendor de la fortaleza coinciden con el final de la ocupación musulmana.  Fue escenario de luchas entre musulmanes, portugueses y leoneses. De ese tiempo procede esta hermosa leyenda:

El alcaide moro que gobernaba el castillo de Monfragüe tenía una hija bellísima, de nombre Noeima. Estando el castillo sitiado por caballeros cristianos, se enamoró perdidamente de uno de ellos con el que se veía a escondidas utilizando un pasadizo secreto que llevaba al corazón del castillo. El cristiano reveló a sus compañeros la existencia de ese pasadizo y a través de él, una noche tomaron el castillo por sorpresa.  Noeima y su padre consiguieron huir, pero el alcaide condenó a su hija a estar encerrada toda su vida y además formuló una maldición contra ella:  Permanecería durante toda la eternidad en el cerro, en castigo por su traición. 
Dicen que, todavía hoy, en las noches de tormenta se ve al espíritu de Noeima vagando por el monte y llorando. Sus lágrimas, al tocar el suelo, se convierten en perlas. Y en su frente brilla una estrella negra, símbolo de su traición.

El castillo fue posesión de la Orden Militar de Montegaudio y pasó luego a otras Ordenes Militares.  Adosado al castillo está la ermita de la Virgen de Monfragüe o Montegaudio.  Allí se celebran populosas romerías para venerar una talla de la virgen que se dice que fue traida de Tierra Santa por los caballeros de Montegaudio en el siglo XII.  Es una virgen negra, con su carga simbólica. Y había quien decía que fue tallada por el propio apostol San Lucas.

Sin salir del Parque Natural de Monfragüe nos encontramos con otra tenebrosa leyenda de castillos y fantasmas...

Se dice que en Torrejón el Rubio, en el paraje llamado Huerto de la Cava se levantaba un torreón que fue propiedad del conde don Julián.  Según viejas leyendas allí se refugió Florinda la Cava, después de ser deshonrada por el rey godo Don Rodrigo. Y allí permanece encantado su hijo, fruto de aquel legendario ultraje.  
El infante encantado acecha entre las ruinas del castillo y secuestra a los muchachos que por allí pasan, que desaparecen encerrados en las ruinas de la fortaleza.  Su esperanza es formar un ejército con los niños secuestrados para con él recuperar el reino de sus mayores.

Una curiosa leyenda, muy relacionada con la tradición toledana del fin del reino visigodo, que narraremos en un próximo capítulo


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