Dice una leyenda toledana que Agustín Moreto (célebre autor teatral del Siglo XVII, con injusta fama de pendenciero y espadachín) se refugió una noche de tormenta bajo el Arco de la Sangre, a la salida de la Plaza de Zocodover, en Toledo.
Allí un mendigo le puso en las manos una nota plegada y, sin mediar palabra, desapareció precipitadamente.
En la nota ponía “Si sois hombre, si os tenéis por caballero, esta noche a las doce en el Prado de los ahorcados, os espero”
Como Moreto era hombre valiente, acudió a la hora fijada a aquel lugar maldito, pero en ese paraje solitario no había nadie. Cuando iba a regresar, notó un movimiento y observó aterrorizado que un cadáver se mecía colgando de la horca.
Y aquel hombre ahorcado empezó a moverse y a señalar con el dedo un lugar cercano, allí donde había dado muerte por una imprudencia, a su amigo y tambien poeta Baltasar Elisio de Medinilla. Moreto contempló con horror que se trataba del cadáver de su amigo.
Y aquel hombre ahorcado empezó a moverse y a señalar con el dedo un lugar cercano, allí donde había dado muerte por una imprudencia, a su amigo y tambien poeta Baltasar Elisio de Medinilla. Moreto contempló con horror que se trataba del cadáver de su amigo.
Una versión dice que Agustin Moreto murió de miedo allí mismo y otra que se desmayó y envejeció muchos años en una sola noche...
La realidad es que Agustín Moreto fue un gran autor teatral que terminó sus días como clérigo en Toledo, con cargos en diferentes establecimientos hospitalarios y religiosos. Medinilla fue un poeta y autor, amigo de Lope de Vega que murió asesinado y ese debe ser el origen de la leyenda.
El Arco de la Sangre (antigua puerta de origen árabe) debe su nombre a que sobre él se encuentra el oratorio de la Sangre de Cristo, que era la sede de la Cofradía de la Preciosa Sangre de Cristo que atendía a los que iban a ser ajusticiados (las ejecuciones se realizaban fuera de la ciudad, al lado de la puerta de Bisagra, en el lugar que se llamó el brasero de la Vega). En esta capilla se celebraba misa para que pudiesen oirla los que estaban en la plaza de Zocodover vendiendo sus productos.
Justo al lado se encontraba la Posada de la Sangre, donde Cervantes situa su novela "La ilustre fregona"
Todo el conjunto quedó destrozado en la Guerra Civil y solo quedó milagrosamente en pie el arco de la Plaza de Zocodover. Junto al Arco reconstruido hoy en día se erige una estatua de Cervantes.
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